lunes, 2 de diciembre de 2013

¿Qué es y qué efectos tiene la Ley Integral Contra la Violencia de Género?

       El movimiento feminista surgió a finales del siglo XIX, principios del XX en EE.UU. Una época de grave alcoholismo entre los hombres de la zona. Se pasaban el día bebiendo en las tabernas o tirados en la calle completamente alcoholizados, mientras sus familias no tenían ni para comer. Aquellas mujeres cogieron las riendas, se organizaron, y desde una perspectiva cristiana, salieron a la calle a pedir para ellas derechos que nosotros tenemos como fundamentales: el voto, el trabajo,… Necesitaban mantener a sus familias, y para ello debían tener acceso a un empleo.

Los problemas con el alcohol fueron agravándose hasta llegar al prohibicionismo, al “Chicago años 20”, Al Capone,… 


Paralelamente, ese loable feminismo fue cuajando en la sociedad norteamericana, aunque en el resto del mundo fue algo más lenta. De hecho, se ha necesitado todo el siglo XX para que fuesen adquiriendo el derecho al voto las mujeres en los distintos países. 


En España se inició en la II República, aunque se tuvo que posponer hasta la caída del franquismo, como tantas otras cosas, como la propia democracia. Una vez abierta la veda, el avance de los distintos movimientos políticos ha sido vertiginosa, desde los democráticos a los antidemocráticos, los nacionalistas, los europeístas, los separatistas, los feministas,…
 

Empezó concediéndosele los mismos derechos a las mujeres que a los hombres. Pero los movimientos feministas pedían más. Los argumentos eran del tipo: la mayoría de las empresas son de hombres, la mayoría de los grandes ejecutivos son hombres, la mayoría de los cargos políticos los ostentan hombres,…  Ya no se trataba de ser iguales ante la ley, sino de imponer la paridad por la fuerza de la ley (en los ámbitos que les interesaba, claro). ¿Cómo conseguirlo? Pues redactando leyes que forzasen ese objetivo. Para ello se acuñó el eufemismo “discriminación positiva”. Se intentaba justificar lo injustificable. La que es intrínsecamente negativa (la discriminación), se pretendía vender como positiva, pero sólo cuando beneficie a las mujeres en perjuicio de los hombres. Que es lo mismo que podía decir Hitler del nazismo: “Aquí hay discriminación positiva (si eres ario, porque si eres judío…)”. Es la discriminación positiva del apartheid de Sudáfrica (positiva si eras blanco, porque si eras negro…)
 

En este nuevo marco legal, si vas a pedir una subvención a la Junta de Extremadura para hacerte autónomo te dan 7.500 € (si eres mujer, porque si eres hombre te dan 5.000 €). ¿Es que son más incapaces las mujeres que los hombres? Por supuesto que no. Sabido es que hay más mujeres universitarias que hombres y que además sacan mejores notas. ¿Entonces? Bueno, es que se aplica la discriminación positiva. ¿Desde cuándo discriminar personas es positivo?

En estas aterrizó el más inepto Presidente de toda la inmensa Historia de España: Zapatero. Este fatuo incompetente, paradigma de la contumacia, intentó ganarse el voto no por sus méritos (que no los tenía), sino contentando a ciertos colectivos y sembrando la división y el odio entre los Españoles. Uno de estos colectivos fue el de las feministas en particular, y de las mujeres en general. Para ello intentó aprovecharse de las mujeres muertas a manos de sus parejas y de lo sensibilizada que estaba la sociedad con este tema. Prometió, estando en la oposición, que la primera ley que aprobaría sería una ley integral de violencia de género. De hecho, cuando se situó por sorpresa en el poder, estuvo posponiendo leyes necesarias y urgentes para poder cumplir con esa promesa electoral. Y finalmente se aprobó la “Ley Integral Contra la Violencia de Género” (LIVG), acompañada de otras disposiciones de carácter propagandista como establecer el mismo número de Ministras que Ministros (las conocidas como ministras de cuota), reforma en la Ley del Aborto,…
 

Esta ley (LIVG) fue aprobada con el voto a favor de todos los grupos de la cámara, cosa que raramente ocurre. Y es que a estas alturas, el poder fáctico del feminismo era tal que nadie, ni siquiera un poderoso grupo parlamentario, se atrevía a contrariar. Con todo y con eso, ha sido la ley que más recursos de inconstitucionalidad ha recibido. Eso sí, recursos luego rechazados por el Tribunal Constitucional (ya hemos hablado de cómo ponen los políticos a los jueces a su servicio y de la corrupción del sistema judicial)
 

El resultado ha sido:
1. Creación de Juzgados de Violencia Sobre la Mujer en todas las provincias (el Guantánamo español).
2. Otorgar la presunción de veracidad a la mujer que denuncie a su pareja (debe ser hombre) convirtiéndola en juez y parte. Toda una aberración en cualquier sistema de justicia.
3. Hombres condenados a la cárcel sin pruebas ni testigos (a los hombres se les aplica la presunción de culpabilidad machista).
4. Denuncias falsas incalculables y no perseguidas por la fiscalía.
5. Niños robados a sus padres y familia paterna con cualquier excusa.
6. Incitación de las mujeres a denunciar.
7. Uso de los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer en cualquier pleito que beneficie a la mujer sobre el hombre, aunque nada tienen que ver con la violencia (divorcios, custodia de hijos, régimen de visitas, pensiones y manutención,… )
8. Asimetría penal (“la ley del embudo”)
9. Tipificación como graves delitos lo que son faltas leves (cuando las hace un hombre).
10. Servicios sociales que azuzan a las mujeres contra los hombres.
11. Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado al servicio de la Ideología de Género.
12. Un inmenso coste tanto en recursos humanos como materiales, equipamiento, edificios, organismos, subvenciones,… Dinero que en muchos casos se va por el desagüe de la corrupción.
13. Aumento de muertes.
14. Propaganda


1. Juzgados de Violencia Sobre la Mujer


El resultado fue la creación (por ley) de un “Juzgado de Violencia Sobre la Mujer” en cada provincia (uno como mínimo). Juzgados que tienen como único fin el juzgar y condenar hombres. Lo cual casa perfectamente con el concepto “discriminación positiva”, pero que son un ataque a los conceptos IGUALDAD y JUSTICIA. 

El protocolo dicta que ante cualquier denuncia de violencia de género de una mujer hacia un hombre, el hombre debe ser detenido inmediatamente por la Guardia Civil (o CC. y FF. S.) , debe estar esposado, debe ser llevado al cuartelillo, debe ser interrogado con las esposas aún clavándosele en las muñecas y debe ser metido en un calabozo hasta el momento de plantarlo ante un juez de violencia de género (normalmente al día siguiente). En el Juzgado de Violencia Sobre la Mujer lo condenan (sin juicio) con medidas cautelares, prohibiéndole acercarse a su mujer, a su casa, al trabajo de ella,… y lo echan a la calle con un maleta, perdiendo todo lo que tenía y con la vida destrozada a la espera de que se efectúe la pantomima de juicio donde lo condenarán aunque no haya pruebas ni testigos, con la sola palabra de la mujer que lo acusa (quizás con razón, quizás por venganza o quizás por interés)


Eso sí que es un desahucio por la fuerza y no los de los bancos.


Al final, resulta que estos no son tribunales de justicia, sino tribunales políticos. Los tribunales políticos no tienen cabida en una democracia, pero para eso está el Guantánamo español: los Juzgados de Violencia Sobre la Mujer, lugares donde no rige la Constitución española de 1978 y se pueden pisotear los derechos de los ciudadanos (siempre que sean hombres)


Para ello, esos centros se equipan con jueces, fiscales, sicólogos, trabajadores sociales,… que reciben una formación específica sobre “Violencia de Género”. Se supone que los jueces tienen que juzgar en función de las leyes, los sicólogos emitir informes en función de la condición humana,… Pero antes de entrar, ya se les adiestra para que no hagan su trabajo según parámetros profesionales e imparciales, sino según las doctrinas de la discriminatoria y represora ideología de género, constituyéndose en el mencionado Guantánamo español, en centros de represión política que chocan frontalmente contra la Constitución española de 1978.


2.  Presunción de veracidad de la mujer

Ante la imposibilidad de probar ciertos delitos cometidos en el ámbito doméstico, como las amenazas (por presunción de inocencia), se otorga a la mujer la presunción de veracidad como la que tiene la Guardia Civil cuando te multa por saltarte un Stop. Sólo que los GG. CC. son funcionarios profesionales e imparciales, y la mujer es parte interesada en que se condene a quien denuncia. Esto la convierte en “juez y parte”. Y es juez porque su palabra ya juzga y condena al hombre que acaba de denunciar (presunción de culpabilidad machista). Lo cual es una aberración en cualquier sistema que pretenda parecer de justicia, porque sabido es que no se puede ser juez y parte.


3. Hombres condenados sin pruebas

Como se ha dicho, en este Guantánamo, la mujer tiene presunción de veracidad, por lo que no se necesitan pruebas. Una mujer casada puede tener su novio, querer divorciarse y quedarse con la custodia exclusiva de los hijos, la vivienda, todos sus enseres, una buena pensión,… pues la solución fácil es denunciar por cualquier cosa, porque cualquier cosa es un grave delito de violencia machista que no necesita demostrar. Por supuesto, le destroza la vida a un hombre inocente y quizás a sus hijos, ¿pero a quién le importa eso?
Con lo que estos tribunales son mucho peores que los de la Santa Inquisición porque la Inquisición no podía condenar a nadie sin pruebas, de ahí su nombre: inquisición, de inquirir. 



4. Denuncias falsas

Cuando alguien dice que hay muchas denuncias falsas, le replican que es falso, que las denuncias falsas son sólo el 0.045%  Y eso sí que es falso de toda falsedad.

Eso es querer confundir la velocidad con el tocino. Eso es querer reducir el número de denuncias falsas al número de condenas por ese tipo de denuncias. Y ya estamos hablando de dos cosas distintas. Yo hablo de denuncias y tú me hablas de condenas. Yo hablo de delitos cometidos y tú me hablas de personas condenadas. No se puede decir que hay 50 robos porque haya 50 personas condenadas por robo. Porque son muchos los robos que se cometen y no se denuncian, y son muchos los que se denuncian y no cogen al ladrón y son muchas las veces que cogen al ladrón pero sale absuelto. Al final, el número de condenas por robo es muchísimo menor que el número de robos cometidos. Y eso para un delito que es perseguido por la G. C., policía,…  Un delito como el de las denuncias falsas que no es perseguido por éstos y que quien tiene que perseguirlo (la fiscalía) suele mirar para otro lado, y que se enmarca en el ámbito de unos tribunales de Ideología de Género (que no de justicia) que alientan a las mujeres contra los hombres y todo amparado por una ideología que estimula la denuncia de mujeres contra sus parejas con publicidad en televisión, radio,… y que premia a la denunciante, y que le asegura impunidad otorgándole la presunción de veracidad,… En unos juzgados donde se condena a los hombres sin pruebas y en esas condiciones, claro que hay muchísimas más denuncias falsas de las que nos muestra esa cifra oficial. De hecho, en esas condiciones, podría llegarse al extremo de que todas las denuncias por violencia de género sean falsas sin que ninguna mujer sea condenada por tan grave delito.


No es creíble que pretendan decirnos que hay más denuncias falsas por partes a las compañías de seguro que por violencia de género cuando en las primeras sólo existe motivación económica y en la segunda es económica (de muchísima mayor cuantía) y sentimental.



5. Niños robados

En la última época del zapaterismo, las “ínclitas” Bibiana Aído y Leire Pajín, seguían en su paranoica persecución contra los hombres dando cada día una vuelta de tuerca más. Como si todas las atrocidades anteriores les pareciesen pocas, seguían proponiendo leyes aún más terribles, como el quitarle los hijos a sus padres en el mismo instante en que una mujer pusiese una denuncia de violencia de género contra su pareja. Por supuesto, sin pruebas ni juicio ni ninguna garantía constitucional. Esas últimas leyes que no llegaron a aprobarse gracias a la caída de Zapatero y de sus ministras del odio, se está aplicando de facto en cierta medida. Aunque no es automático el quitarle los hijos a un padre denunciado, sí que se utiliza cualquier excusa para ello, especialmente a los padres que se muestren contrarios a la represora Ideología de Género. 

Así llegamos al colmo del esperpento:
- a los hombres les conculcan derechos fundamentales como el ver a sus hijos, comunicarse con ellos, participar en su educación, transmitirles sus creencias y vivencias. Eso sí, sólo les privan de sus derechos. Las obligaciones de pagar, dejarles el piso,… quedan intactas. Dando la sensación de que lo único que puede esperar un hombre, como padre, es que lo desplumen.
- a los abuelos y abuelas se les vulnera el derecho que tienen a estar y a comunicarse con sus nietos (según el art. 160 del código civil) con la participación, incluso, de los colegios (que son parte actora según los protocolos establecidos).
- a los hijos se les condena a vivir huérfanos de padre, de familia paterna (abuelos, tíos, primos,…) y mal atendidos (en muchos casos) porque la madre no tiene tiempo para trabajar, vivir, ir al gimnasio, rehacer su vida y cuidar niños
- a la mujer se la condena a cocinar, lavar, planchar, llevar los niños al cole…  mientras al hombre se le libera de las tareas domésticas y del cuidado y educación de los hijos (en una sentencia propia del más rancio machismo)


¿Qué se puede esperar de las próximas generaciones? Serán adultos criados sin familia ni cariño ni valores. Padeciendo la represión y el adoctrinamiento de la despreciable Ideología de Género. Apartados de una relación natural con su familia, primos, amigos, lugares y costumbres donde enraízan sus ancestros, esos niños pueden acabar siendo bastante “anormales”. En EE.UU. los vemos entrar en un colegio con un fusil asesinando a profesores y compañeros.



6. Se estimula a las mujeres a denunciar

Se ha orquestado una gigantesca y carísima campaña institucional y desde otras organizaciones para azuzar a las mujeres a que denuncien a sus parejas. Utilizan frases del tipo: “Si tu marido te dice que te calles te está maltratando, denúnciale” Por supuesto, cuando se lo dice la mujer al marido no hay maltrato (algo habrá hecho él).

Y esta industria artificial en la que se ha convertido la Ideología de Género fuerza la máquina hasta ponerse en evidencia a sí misma. La forma de justificar tantísimos miles de millones de euros públicos en subvenciones es a través de la victimización de las mujeres. Para ello necesitan muchas mujeres maltratadas. Para lo cual es necesario bajar mucho el listón de lo que se considera maltrato, llegando a tipificar como delito de maltrato expresiones y acciones completamente naturales entre personas. Y así se estimula a las mujeres a denunciar colmándolas de premios y prebendas (abogado gratis, procurador gratis, sicólogo gratis, tasas gratis, subsidios, custodia exclusiva para ella, prebendas laborales,… )


Y digo que esa eficacia a la hora de incrementar el número de denuncias va en contra de la propia Ideología de Género, porque lo que hace es evidenciar la inutilidad de dicha ideología y de la represión que ejerce para solucionar el problema de la supuesta “violencia de género”. Es más, con los números en la mano, lo que hace la Ideología de Género es agravar el problema.


Y esa propaganda para que las mujeres denuncien, y tantos cursos impartidos en tal sentido, y tantos premios prometidos a las denunciantes acaban incrementando alarmantemente el número de denuncias falsas. Con el consiguiente perjuicio para la sociedad, la justicia y las arcas públicas.



7. Uso impropio de los Juzgados de Violencia de Género

Son juzgados, que más que de justicia, se perfilan como tribunales políticos. En ellos no se juzga a los ciudadanos que cometen algún delito genérico. Se han creado para juzgar y condenar exclusivamente a los hombres que tengan algún desencuentro con una mujer. Algo que satisface plenamente las pretensiones de la discriminatoria y represora ideología de Género, y algo que recuerda peligrosamente al nazismo (cambiando a los judíos por los hombres). Por eso llaman a este tipo de feministas, feminazis.
 

La excusa para crear estos abominables juzgados es que mueren algunas mujeres a mano de hombres. No les valen los juzgados y las leyes ya existentes contra los criminales, asesinos, homicidas,… Así, aquí no se juzgan los asesinatos en general, sino los asesinatos cometidos desde una supuesta ideología machista. Lo que convierte inequívocamente a estos juzgados en juzgados ideológicos, en Tribunales políticos (como los de cualquier dictadura). Pero es que esos asesinatos son sólo la excusa. Evidentemente no se necesitan más de 50 juzgados repartidos por toda España. Sale a juzgado por víctima. Ese injustificable despilfarro sólo se puede sostener desde la represión a quien pretenda alzar la voz contra ello. Lo primero que te acusan es de asesino si te atreves a postularte en contra. Y por supuesto, nadie tomará medidas contra esas acusaciones falsas. Es algo endémico en todo este turbio asunto.

Eso sí, ya que pagamos un juez, un fiscal, un secretario, funcionarios varios, abogados de oficio, procuradores de oficio, seguridad privada, local, instalaciones, equipamiento,… pues le sacan todo el jugo posible: ahí se juzgan divorcios, custodia de hijos, pensiones alimenticias,… en un lugar donde se aplica la discriminación positiva, la asimetría penal, la ley del embudo, la injusticia contra los hombres. Ahí se dirime la relación de un padre con sus hijos. ¿Qué tiene eso que ver con que algún hombre haya matado a alguna mujer? Pues nada, evidentemente. Pero es que la despreciable Ideología de Género no pretende hacer justicia, sino satisfacer su odio contra los hombres y parasitarlos económicamente.



8. Asimetría penal

Se creó con la excusa de que mueren mujeres. Y digo excusa porque lo es, porque no es el motivo. Se parte del dogma de que los hombres son violentos y las mujeres son inocentes víctimas. De hecho, cuando una mujer lesbiana es asesinada por su pareja (también mujer) no se considera violencia doméstica, ni mucho menos violencia de género. Esa lesbiana asesinada o maltratada por su novia no recibirá la especial protección que reciben las víctimas de la llamada violencia de género. Con lo que se le da menos valor a la vida y a los derechos de una lesbiana que a los de una mujer heterosexual.

¿A alguien le parece esto discriminatorio? Claro, es que la Ideología de Género es intrínsecamente  discriminatoria.


El término “Asimetría Penal” es un eufemismo de lo que siempre hemos conocido como “Ley del embudo”. En este caso, lo ancho es para las mujeres y lo estrecho para los hombres. Si una mujer da un empujón a un hombre no pasa nada (lógicamente), pero si un hombre le da un empujón a una mujer lo meten en la cárcel.


Aplicando este despreciable concepto han conseguido cuadrar el círculo. Se trata establecer parámetros tan evidentes como:
- “Si te dice que te calles, te está maltratando” (él a ella, por supuesto. Cuando se lo dice ella a él es gratis)
- “Si te dice que no te pongas esa ropa, te está maltratando” (él a ella, claro. Cuando se lo dice ella a él es gratis)
- “Si te levanta la voz, te está maltratando” (él a ella, claro. Cuando se lo hace ella a él es gratis)
- “Si te niega la palabra, te está maltratando” (él a ella, claro. Cuando lo hace ella a él es gratis)
 

Construyendo un largo listado de tal modo que todos los hombres caen en alguno de sus puntos y todas las mujeres han estado en alguno de esos supuestos. Y así queda demostrado que todos los hombres son maltratadores y todas las mujeres son víctimas. 


9  Tipificación de faltas leves como delitos graves

Esta es una clara prueba de lo que es la represión de la Ideología de Género. Los hombres deben actuar como autómatas insensibles que no pueden liberar levemente sus espíritus. En cuanto un hombre actúe con los sentimientos, espontaneidad y libre pensamiento de una persona, se le trinca, se le esposa, se le enchirona, se le condena preventivamente antes de juicio… porque para eso han elevado los actos, actitudes, expresiones coloquiales al rango de grave delito… siempre que el autor sea un hombre, claro. Para las mujeres es gratis.


10. Servicios sociales que azuzan a las mujeres contra los hombres

Realmente la incitación al odio está tipificada como delito en el código penal. Pero eso parece que es sólo aplicable a otras ideologías. El paquete integral de la Violencia de Género incluye a las sicólogas y trabajadoras sociales de los Servicios Sociales. Eso implica que se les da una “formación” específica en Violencia de Género. De este modo se les induce a que actúen según los parámetros de una ideología discriminatoria y represora, en lugar de hacerlo en función de criterios profesionales. Así cuando se acerca una mujer allí a pedir cualquier ayuda, la asedian con preguntas y la bombardean con la propaganda del odio y la victimización de la Ideología de Género. Y cuando no se acercan, montan cursos para atraer mujeres a las que adoctrinar y azuzar. Lamentablemente, gran parte de los recursos de los Servicios Sociales no se destinan a ayudar a los necesitados, sino a sembrar la cizaña en las mujeres contra los hombres.

Un elemento fundamental de esta terrible ideología es el hacer proselitismo con los niños mediante sicólogas que manipulan sus frágiles mentes para convertirlos en siervos convencidos de esta dañina ideología. Para ello les hablan de la superioridad de las mujeres y se dedican a desprestigiar la figura del padre al tiempo que presentan a la madre como pobre víctima.



11. Guardia Civil y otros Cuerpos y Fuerzas de Seguridad al servicio de la Ideología de Género

En los protocolos de actuación de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad se estable prioridad máxima ante cualquier denuncia, aviso, o tareas relacionadas con la Ideología de Género. Dándose el caso que cuentan que si quieres que acuda la Guardia Civil cuando te están robando en casa, tienes que decir que están maltratando a una mujer. 


12. Un inmenso coste económico

Aparte de las partidas específicamente destinadas a satisfacer las políticas de género, hay que contemplar los gastos que suponen todos esos nuevos juzgados creados exclusivamente para que esta misándrica ideología pueda ejercer su represión. La enorme dedicación y medios que deben prestar los Cuerpos Y Fuerzas de Seguridad del Estado a satisfacer tantos millones de denuncias dejando desatendida la seguridad ciudadana. La dedicación expresa de los colegios a seguir los protocolos marcados. La utilización de los Servicios Sociales de las mancomunidades a los intereses de esta ideología totalitaria en lugar de a atender las necesidades de los ciudadanos. Las costosas campañas de publicidad… Pero si hasta hemos tenido un Ministerio de “Igualdad” (que se dedicaba a discriminar) y organismos por doquier.

Y, como era previsible, buena parte de esos miles de millones de euros acaban yéndose por el desagüe de la corrupción: se daban suculentos contratos a dedo, premios a guiones cinematográficos con cuantías que superaba el máximo permitido, el Observatorio de Violencia Sobre la Mujer cobra sus subvenciones y ni se molestan en realizar las reuniones mínimas exigidas,…


Y el Gobierno recortando en Educación, Sanidad, Pensiones,…



13. Aumento de muertes

Decíamos que la excusa para imponer la inconstitucional LIVG era el acabar con la muerte de mujeres a manos de sus parejas y exparejas varones. Según datos del propio Ministerio de “Igualdad”, desde la entrada en vigor de esta ley en 2005, el número de mujeres muertas en lugar de disminuir ha ido en aumento, produciendo el efecto contrario al pretendido. El número de suicidios en España ha aumentado y resultan muy significativos los guarismos: el número de mujeres suicidas se mantiene casi igual, con un leve ascenso. El número de suicidios en hombres se ha disparado hasta casi duplicarse, consecuencia del haber sido apartados de sus hijos, desahuciados de sus domicilios, criminalizados, represaliados, asfixiados económicamente,… No tenemos estadísticas de las muertes infantiles, pero son previsibles.


Por tanto, podemos llamar perniciosa a esta LIVG y podemos decir que esta ley mata.


15. Propaganda

En su afán por victimizar a las mujeres, han realizado campañas publicitarias desgarradoras. Hombres pegando una paliza de muerte a mujeres, mujeres llenas de cardenales y sangre, mujeres tiradas semimuertas en el suelo tras una paliza,… y todo eso ante los ojos de los niños que están viendo la tele o los carteles y que, en su inconsciencia, acabarán percibiendo toda esa vioencia como algo natural, como parte del paisaje. Y no olvidemos que los niños tienden a imitar lo que ven. 

Conclusión 

El término “Violencia de Género” es conceptualmente racista, porque no existe un género violento y otro género víctima. Existen personas violentas (hombres y mujeres) y personas que padecen la violencia (hombres y mujeres).

Las sociedades deben proteger a los individuos que necesiten de ayuda. Evidentemente, hay que proteger a las mujeres maltratadas, y a los niños maltratados, y a los ancianos maltratados, y a los disminuidos físicos y síquicos maltratados, y a los perros maltratados y a los gatos maltratados y a los caballos maltratados,… y hasta a los hombres que lo necesiten. Lo que no se puede hacer es, con la excusa de proteger a algunas personas, pisotear los derechos fundamentales de millones de ciudadanos (niños, niñas, hombres, abuelos, abuelas, tíos, tías, primos, primas, amigos, amigas,…)
 

La LIVG es:
-  discriminatoria
- vulnera el principio de inocencia y aplica el principio de culpabilidad machista a los hombres
- otorga presunción de veracidad a la palabra de la mujer, convirtiéndola en juez y parte.
- condena a los hombres sin pruebas ni testigos destrozando la vida de cientos de miles de hombres inocentes y la de sus hijos.
- Ha construido un enorme y carísimo aparato de represión poniendo a jueces, fiscales, sicólogos, Fuerzas del Orden, colegios, mancomunidades,… al servicio de los intereses espurios de esta ideología androfóbica.
- Utiliza cualquier excusa para secuestrar a los niños de sus familias paternas.
- Da pábulo a las denuncia falsas y proporciona impunidad a este grave delito.
- No ha acabado con las muertes de mujeres producidas en el ámbito de pareja, pero sí ha provocado el aumentado en la muerte de hombres.
 

Por tanto, ha quedado demostrada la inutilidad de esta ley para solucionar el supuesto objetivo que tenía. Es más, se ha evidenciado lo tremendamente dañina que está resultando para los ciudadanos y para las instituciones.
 

Es necesario acabar con esta injusticia. Es necesario acabar con este tremendo derroche económico y de medios humanos y materiales. Es necesario acabar con ese Guantánamo español. Es necesaria la derogación de la LIVG. Es necesario que los juzgados sean independientes de los políticos y de las ideologías. Es necesaria una regeneración democrática.

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