lunes, 16 de mayo de 2022

La manipulación a través de los estereotipos: la dialéctica de la izquierda

 



Se trata de asignar actitudes o comportamientos de forma simplificada y automática: la derecha es violenta, antidemocrática, machista, racista,… Es una técnica de persuasión que evita el justificar la afirmaciones con argumentos y razones. Se convierten en dogmas, falsos dogmas.


Recuerdo la Transición como una época loca, simpática, de buen rollito, colegueo, libertad, tolerancia, exaltación de la democracia y sus valores, los derechos eran incuestionables (como la libertad de expresión),…

Para lograr aquella Transición pacífica y modélica, todos tuvieron que ceder. Pero desde el primer momento la izquierda marcó dos líneas a seguir: estigmatización de todo lo que recordase al franquismo y la popularización del discurso progre a través del buen rollito. A esto se unieron los nacionalistas en la medida que a ellos les pudiera interesar. Aunque el nacionalismo periférico hegemónico era de derechas (PNV y CIU).

Así fue calando el mensaje contra los símbolos y las instituciones. La bandera de España era fascista y consiguieron que estuviera mal visto el lucir sus colores. La G.C. y Policía eran cuerpos de represión y se les señalaba e insultaba en discursos, películas y canciones, la iglesia y moral católica era ridiculizada como carca…

Se fue estableciendo una nueva moral que no buscaba lo mejor para las personas ni para la sociedad, sino que pretendía lo opuesto al Régimen anterior. Así llegamos a encontrarnos esperpentos como aquel discurso de Tierno Galván inaugurando un festival de música con la siguiente locución: “Roqueros, el que no esté colocado, que se coloque. Y al loro.”. Incitación a la drogadicción y sin despeinarse. Esa actitud, esos mensajes fueron habituales en aquella época.

Y la izquierda (con los nacionalistas en la parte institucional y de los símbolos) fueron dejando caer su gota malaya día a día. Sus valores fueron calando en la sociedad. Mientras mostraban una cara amable a la gente, le sacaban los dientes a la derecha. Por lucir la bandera de todos los españoles, por hacer gala de nuestras tradiciones ancestrales,… los pintaban como a carcamales, retrógrados, fascistas,… La UCD, que no quería significarse mucho en lo ideológico y quería aparentar centrismo, se fue dejando comer el terreno. Alianza Popular aguantó más. Pero tampoco supo dar la batalla de los símbolos. Mientras llevar una bandera de España resultaba facha, llevar alguna bandera nacionalista de alguna región (o independentista) era guay. Y se reconvirtió el PP. Y Aznar pilotó su viraje al centro. Y cada vez que decían algo que no conviniese a la izquierda, nacionalistas,.. los acusaban de fascistas. Y a los peperos les temblaban las rodillas y agachan la cabeza y renunciaban a su ideario. Y se pasaron de frenada camino del centro y se zambulleron en la progresía. Y la izquierda cada día más crecida. Ya sin disimulo ninguno imponiendo su discurso y hostigando a quien se atreviese a salirse del guion que ellos marcaban. Y el PP cada día más sumiso. Y el resultado final (a fecha de hoy) es el totalitarismo que estamos padeciendo: no se admite el pluralismo. La diversidad ideológica está prohibiendo por ley. Se han cargado la libertad de expresión legislando el “delito de odio” a la medida de sus intereses. Cualquier cosa que se diga que les resulte incómoda puede ser juzgada como delito de odio. Eso sí, ellos pueden azuzar el odio contra todos: a los hombres los llaman violadores, maltratadores, dicen que llevamos la violencia en nuestros genes,… a la derecha la dibujan como violenta, fascista, machista, racista, homófoba,...


Después de la visita de Zelenski al Parlamento español y de su mención al bombardeo de Guernica, algunos de VOX saltaron a la palestra recriminándole. Los otros recriminaban a VOX diciéndoles que no era el momento. Cuando a la izquierda no le interesa, no es el momento. Nunca es el momento.


Hemos dejado que se imponga el discurso de la izquierda y de los antiespañoles. La izquierda se encarga de intimidar a los disidentes montando un escándalo cuando dicen algo que a ellos no les conviene y la derecha traga con todo. El resultado final es que el discurso sectario y las medias verdades (incluso mentiras) de la izquierda y los antiespañoles se convierten en “verdades” absolutas. Todo el mundo conoce el bombardeo de Guernica y el axioma que sobre él se construyó, pero nadie conoce los bombardeos de los republicanos. Ahí tenéis los horrores de la Inquisición española, pero casi nadie sabe que Inquisición la hubo en muchos países europeos y que la española fue de las más suaves, la más criminal fue la alemana, pero también la inglesa, francesa o italiana mataron más que la española. Todo el mundo conoce al “terrible” inquisidor Torquemada, pero nadie conoce los crímenes de Calvino, que fueron muchísimos más. Por eso ya hay que poner pie en pared y decirle BASTA a los que se dedican a ese discurso sesgado, falsario y estigmatizador.

Date cuenta de que la izquierda se dedica al TOTALITARISMO de las ideas y la derecha siempre le cede terreno. Te imponen sus mensajes criminalizadores de ciertos sectores o hechos, se victimizan y victimizan a quien les interesa, y no admiten que tú puedas tener otro discurso ni cuestiones en lo más mínimo el suyo. Se te tiran a degüello pisoteando tus derechos, como el de la libertad de expresión. No es ya que cuestiones ciertos aspectos de la ideología de G€n€ro o de los transexuales, es que si dudas de los tinglados que tienen montado y el dinero que se reparten sin fiscalización, te acusan a gritos de querer que maten a las mujeres. Si dices algo tan obvio como que los niños tienen pene y las niñas tienen vulva, te acusan de tránsfobo y hasta te sientan en un banquillo para que te condenen con las leyes del odio que han redactado para imponernos su censura.


Así que el discurso de Zelenski hacía referencia al bombardeo de Guernica. Probablemente el discurso se lo entregasen escrito desde la embajada ucraniana en Madrid. Y lo escribieron apostando a lo seguro, a “lo políticamente correcto”, que es el discurso y la “verdad” absoluta que ha creado al izquierda con el consentimiento de la derecha (por dejadez al principio y con su colaboración después). Por eso es tan importante pararle los pies a quien venga a mear fuera del tiesto. Por eso VOX le recriminó a Zelenski esa alusión tan sesgada. Y la izquierda, en su línea, nos decían que no era momento para eso, que estábamos hablando de algo tan grave como una guerra y tal y cual. Lo de siempre.


Echando un poco la vista atrás y abriendo los ojos ante nuestra situación actual, podemos ver el completo vuelco que ha dado la izquierda. De ser aquellos majetes enrollados, tolerantes, demócratas,… a ponerle cara de perro a quien difiera de ellos, a pedir “tolerancia cero”, a imponer por ley hasta la forma en que tienes que sentir y expresarte. Ahora tenemos que utilizar el absurdo y antinatural lenguaje inclusivo del “todos, todas y todes vosotros, vosotras y vosotres,…”

No se puede consentir ni un minuto más esta deriva totalitaria hacia la esquizofrenia. Es necesario volver a la libertad, a la tolerancia con quien piensa diferente, extirpar de los colegios e instituciones los adoctrinamientos y leyes ideológicas que excluyen a cualquiera que se salga de sus colectivos privilegiados. Es necesario pararle los pies a la tiranía progre y su discurso del odio. Es necesaria una regeneración democrática.