jueves, 21 de enero de 2016

El secesionismo catalán





Dijo Wert en el Parlamento que había que españolizar a los catalanes y le formaron la de Dios es Cristo. Claro, es que los nacionalistas llevan 35 años catalanizando a los habitantes de Cataluña y maldita la gracia que les hace que ahora les desmonten la “nación” que se han ido fabricando. Todos los países inculcan valores patrióticos en sus ciudadanos, pero no en España. A quien está por el españolismo, para amedrentarlo, para coaccionarlo, lo llaman fascista. Como si no lo hicieran los demócratas, los comunistas, las monarquías, las repúblicas o cualquier otro. Hemos dejado que nos impongan como único patriotismo o nacionalismo válido el de la patria chica, y que el de la patria grande es malvado y perverso, y así nos va.
 

Al arrancar la democracia, los nacionalistas catalanes empezaron a exigir catalanismo desde el minuto uno: autonomía, más autogobierno, inmersión lingüística, más transferencias, privilegios fiscales, más dinero… Los distintos Gobiernos del PSOE y del PP que han tenido que pactar con ellos han ido cediendo y participando en fomentar los nacionalismos periféricos y, por tanto, el antiespañolismo. Y a los nacionalistas, cuanto más se les daba, más exigían. Llegó un momento en que ya no había más transferencias o privilegios que concederles, sólo dinero. Y se les daba más dinero (parece ser que Pujol y tantos otros se lo repartían). Cando ya no había más que darles seguían exigiendo más y más y amenazaban con la independencia… y se les daba más con la excusa de que así se calmarían.
 

Ahora inician un delictivo proceso de sedición, y sale la izquierda española proponiendo soluciones “innovadoras” con las que aseguran que los apaciguarán: Podemos e IU proponen permitirles un referéndum de autodeterminación. Que si sale que NO a la independencia no impedirá que los nacionalistas e independentistas sigan con la matraca. Pero es que si sale que … ¿les das la independencia o haces un referéndum sobre el tema en toda España?, porque la soberanía recae en el pueblo español. Y si éste sale que NO, volvemos al punto de partida. Y si sale que , los echamos de España (con las graves consecuencias que tendría para todos).
 

Luego está el PSOE, con su retórica huera, lanzando al aire frases del tipo “hay que buscar el encaje de Cataluña en España”, como si se tratase de incorporar un territorio de otro continente, con otra cultura, otra religión, otras tradiciones,… que nunca ha tenido contacto con España. Y nos presentan su solución infalible: “el federalismo asimétrico”. Es decir, la doble vara de medir. Pretenden montar un sistema federal en España donde existan regiones privilegiadas y otras regiones discriminadas. Y con esto los del PSOE se cargan la igualdad entre los españoles… una vez más. Ellos intentan contentar a los nacionalistas. A los extremeños, castellanos, manchegos, andaluces,… que les den sopa con hondas.
 

Pues estas son las soluciones de la izquierda española, más de lo de siempre. Volver a ceder ante el chantaje nacionalista y apaciguarlos dándoles todo lo que quieran. O la izquierda española es muy lela e incapaz o es que simplemente les importa un comino el bienestar de España y de los españoles.
 

Luego tenemos por la derecha al PP. Éstos amagan, pero no dan. Adoptan la pose de defensores de España y de los españoles (lo cual incluye a Cataluña y a los catalanes), pero sin pasar del gesto. Hacen declaraciones con solemnidad institucional, pero sin pasar de las palabras, dejando pasar el tiempo y que el independentismo se vaya consolidando.
 Y mientras tanto, los independentistas encantados. Con los demás partidos dedicados al postureo ante sus votantes, los independentistas delinquiendo impunemente con descaro, convencidos de que les sale gratis. Más que gratis, muy ventajoso.
 

En tiempos de la II República, Lluis Companys se subió al balcón y declaró la República catalana. La II República reaccionó ante la sedición enviando al ejército, la Guardia Civil y los Guardias de Asalto. Hubo altercados, heridos, algunos muertos y el Gobierno catalán acabó en la cárcel Modelo de Madrid (incluido el Presidente Lluis Companys) Y es que no tenemos término medio.
 

A estas alturas está más que claro que el nacionalismo/independentismo no se apacigua con cesiones, con darles todo lo que quieran, no. Es necesario descabezarlo y para eso están las leyes. Los responsables políticos no pueden estar por encima de la Ley, sino todo lo contrario: deben dar ejemplo. UPyD ha denunciado a varios de ellos por delitos como la conspiración para la sedición o la malversación de caudales públicos.
 

¿Por qué mucha gente no roba, o no mata o no va a 200 km/h por la carretera? Porque irían a la cárcel. Si los líderes independentistas que delinquen con actos secesionistas fuesen a la cárcel, ¿quién los reemplazaría? Si algún exaltado lo intentase de nuevo y fuese a la cárcel, ya no lo volverían a intentar ni los más fanáticos y destalentados. Y más si tenemos en cuenta que todos estos líderes independentistas no tienen vocación de héroes ni mucho menos de víctimas. 

Quedaría el problema de las masas que han educado en el nacionalismo, a las que les han inculcado desde la infancia el victimismo y el odio a España. Habría que evidenciar las mentiras, las manipulaciones, las tropelías,… del nacionalismo y educar a todos los españoles en los mismos valores y en el respeto y cariño a su patria, como se hace en todos los países. 


Es necesario recuperar la competencia de Educación para el Estado central. Es necesaria una modificación de la Ley Electoral para que no dé más poder a los cuatro que quieren acabar con España que a los cuarenta que quieren defenderla. Es necesario educar a todos los españoles en el respeto a los símbolos, a los valores, a las culturas y a la Historia de España. Es necesario aplicar las leyes a todos los delincuentes por igual, especialmente a los cargos políticos, especialmente a los secesionistas. Es necesario que la fiscalía actúe de oficio en función de los delitos y no en función de los intereses políticos. Es necesaria una regeneración democrática.