jueves, 13 de noviembre de 2014

Privatización de Servicios Púbicos



En los últimos años se ha establecido una preocupante relación entre los políticos, las empresas y la privatización y concesión de explotación de servicios públicos. Agotado el chorreo de dinero del ladrillo, parece que la nueva fuente de ingresos para ciertas empresas y ciertos políticos es la privatización de lo público.

Los ciudadanos están viendo con sorpresa e indignación cómo los políticos están desmantelando en cuatro días la gran red de servicios públicos construidos a lo largo de las últimas décadas y que constituían el armazón del Estado del Bienestar. Vemos cómo se privatizan desde el suministro de agua al alumbrado público. Desde la recogida de basuras a las plazas de aparcamiento en la calle. Desde la gestión de los hospitales al Registro Civil. Desde la producción de contenidos para las televisiones públicas a las telecomunicaciones. Hasta el extremo de que las tareas propias de las Administraciones Públicas (como la gestión de documentos o la seguridad de los Ministerios) se contratan con empresas privadas. 


Nos cuentan que la gestión privada es más eficaz. En ese caso, los gestores públicos deberían dimitir por incompetentes. Nos cuentan que la gestión privada es más barata. En ese caso, los gestores públicos deberían dimitir por incompetentes y por mentirosos: estamos viendo cómo, en cuanto privatizan algo, enseguida nos cuesta más caro. La limpieza viaria privada es un 71% más cara que la pública. Y la calidad… ¿Qué calidad? La gestión documental que hacía la Administración de las pensiones, partes de baja, orfandad,..   la contratan con la filial de una gran empresa, la cual lo subcontrata a una empresa pequeña, la cual busca en internet a unos chavales dispuestos a trabajar por cuatro duros. ¿Qué calidad cabe esperar de los chavales contratados por cuatro duros por una subcontrata, contratada por una contrata, contratada por una Administración Pública?  Pues que en cuanto encuentren algo mejor se vayan, dejando la subcontrata de la contrata de la Administración  Pública constantemente sin personal realmente cualificado para ese puesto.


Como ejemplo paradigmático, se puede hablar de cierto pueblo (de cuyo nombre no quiero acordarme) en el que la eterna promesa ha sido la construcción de una piscina pública. Los distintos partidos que lo han gobernado la prometieron antes de ser elegidos y una vez elegidos lo incumplieron. Los ciudadanos empezaron a construirse sus propias piscinas privadas en sus casas. Al tiempo, se creó una mancomunidad de municipios para surtirse de agua potable. Se construyó un carísimo embalse, canalizaciones, depuradora,… Todo con dinero público, por supuesto. Cuando está todo perfectamente operativo, se le concede a una empresa la explotación del servicio de aguas. Automáticamente suben el precio, pero no la calidad del servicio. De hecho, se averió la depuradora, los pueblos de la zona estuvieron sin agua en sus casas varios días y encima, el coste de la reparación se la cargaron a los ciudadanos. Para mear y no echar gota. 


El resultado de esta privatización ha sido que, en un momento de grave crisis económica, con muchas familias pasando penurias, los ciudadanos no pueden tener un huerto que ayude a la paupérrima economía familiar porque no pueden pagar el agua necesaria. Los vecinos no pueden bañarse en su piscina porque sale muy caro el llenarla y tampoco pueden usar la piscina pública porque siguen sin disponer de ella. 


¿En qué ha beneficiado a los ciudadanos la privatización del servicio de aguas? ¿Quién se ha beneficiado de la privatización? ¿La empresa concesionaria? ¿Los alcaldes de los pueblos? ¿Algún intermediario? ¿Cómo es posible que estén privatizando todo lo público al mismo tiempo que crece el número de Administraciones Públicas, de empleados públicos, de empresas públicas, de instituciones públicas, de observatorios públicos… ?


Algo huele a podrido en Dinamarca. Las cuentas no me cuadran. Los ciudadanos están indignados.  Los políticos a lo suyo, de espaldas a la ciudadanía y mangoneando los caudales y los servicios públicos. Hay que revertir esta situación. Tenemos infraestructuras, empleados, instituciones, administraciones y medios públicos suficientes para gestionar los recursos y los servicios públicos.  Es necesario acabar con el expolio. Es necesario pararles los pies a los políticos y encarcelar a los corruptos. Es necesario que los ciudadanos exijan que les devuelvan lo que es suyo. Es necesario que los políticos trabajen para los ciudadanos y no para sí y para sus partidos. Es necesaria una regeneración democrática.



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